En ocasiones los puzzles se nos hacen cuesta arriba porque hay partes muy monótonas en las que es muy difícil diferenciar qué pieza va ahí. Para estos momentos viene muy bien la técnica llamada patronaje (cada persona lo llama de una forma diferente, por ejemplo, tirar de patrón, usar el patrón, etc.).
Esta técnica es válida para puzzles que superen un número determinado de piezas (normalmente 1.000) ya que se basa en la forma en la que se fabrican, pues son repeticiones idénticas del mismo patrón de piezas (en disposición y forma). Cada plancha de patrón está delimitada por lo que se llaman cremalleras (constituidas por piezas que se diferencian del resto en, al menos, una de sus cabezas o entrantes).
Para ilustrar la explicación usaré fotos del puzzle Vida, en su ficha técnica pueden verse cómo se repite el patrón. En las siguientes fotos se puede ver una parte de la cremallera (tanto horizontal como vertical) además de la parte que se va a usar como patrón. Todo el puzzle está formado por partes idénticas a la mostrada en la imagen de la derecha.
Aquí se aprecia la parte que nos falta por completar y será la que situemos encima de la anterior para así poder ver la forma de la pieza que tenemos que buscar.
Una vez ubicado en su lugar correspondiente quedaría tal y como se muestra en detalle en la siguiente imagen.
A veces resulta más cómodo llevarnos la parte concreta en lugar de la plancha entera ya que es más fácil manipular menos grupos de piezas.
Por último, sólo hay que ir viendo qué forma y disposición tiene la pieza que queramos buscar. Por ejemplo, es más fácil buscar entre las piezas raras (las diferentes a verticales y horizontales, que son las que tienen dos entrantes y dos salientes) ya que suele haber menos número y la búsqueda será más ágil.
Y aquí el resultado final:
Hay otras formas de hacerlo basadas en no ubicar una parte sobre otra. Estas otras técnicas consisten en ir contando las piezas y buscar «su pareja» (semejante al juego de hundir barcos), en calcar el puzzle en un papel e ir fijándose, etc.
Al fin y al cabo son distintas maneras de hacer lo mismo, básicamente es lo que a algunos nos gusta denominar leer el puzzle.